Picor, eccema de color rojo, descamación en el cuero cabelludo, las cejas y la zona de la nariz… ¿Has tenido alguno de estos síntomas? Entonces puede que se deba a un brote de dermatitis seborreica. Es un tipo de eccema endógeno. Esto quiere decir que no está desencadenado por agentes externos. Pero, ¿qué es la dermatitis seborreica y cómo se trata?
Este tipo de piel se caracteriza por la inflamación del cuero cabelludo. Lo que da lugar al desprendimiento de escamas, conocidas como caspa, a un eritema facial. Aunque existen casos en los que su aparición se produce en los primeros meses de vida, lo más habitual es que se manifieste con los cambios hormonales típicos de la adolescencia.
Los síntomas de la dermatitis seborreica son muy variables. Existen pacientes con brotes casi permanentes, pero en otros casos, solo aparecen en épocas de estrés o de enfermedad. Hablamos, por ejemplo, de periodos de exámenes o de un catarro. En los casos más graves, el cuero cabelludo puede llegar a generar mucha caspa, lo que afecta a la calidad de vida del paciente. Y puede llegar a causar picor, pero es muy importante evitar el rascado para no desencadenar una sobreinfección.
Causas de la dermatitis seborreica
Como ya mencionamos, la dermatitis seborreica no se desencadena por agentes externos, a diferencia de otras dermatitis como la de contacto. Por el momento, se desconoce la causa exacta de su aparición, aunque se cree que puede estar relacionada con un hongo, llamado ‘malassezia’, que se encuentra en la secreción sebácea de la piel. También puede deberse a una respuesta irregular del sistema inmunitario o a cambios hormonales.
No obstante, se sabe que hay una serie de factores que pueden incrementar el riesgo de padecer dermatitis seborreica:
- Tener un sistema inmunitario debilitado, como el de los receptores de un trasplante de órgano o el de las personas VIH.
- El estrés o el cansancio prolongado.
- Sufrir algunos trastornos neurológicos y psiquiátricos, como la enfermedad de Párkinson.
- Estar en constantes cambios bruscos de temperatura.
- Tener o haber padecido acné.
- Los antecedentes familiares.
Tratamiento de la dermatitis seborreica
Los tratamientos empleados habitualmente para la dermatitis seborreica son tópicos, es decir, cremas. En la mayoría de los casos, se recurre a los corticoides, pero deben emplearse el menor tiempo posible, especialmente si el brote aparece en la zona facial. El abuso de este tipo de medicamentos en la cara puede dar lugar a brotes de acné, rosácea y, en los casos más graves, atrofia en la piel. Asimismo, el tratamiento debe incluir también fármacos antifúnficos y antiinflamatorios, dado que en la enfermedad existe un componente de sobreinfección por hongos en las zonas más grasas de la piel.
Dado que el uso de corticoides debe ser limitado, es importante que las personas con dermatitis seborreica lleven a cabo una terapia de mantenimiento. Existen champús, jabones y cremas específicas que pueden ayudar a mejorar el estado de la piel del rostro y del cuero cabelludo. De esta manera, se podrá reducir el empleo de los corticoides a los episodios de brote. Asimismo, cabe recordar que se trata de un tipo de piel que se mantiene a lo largo de toda la vida y es clave seguir un tratamiento adecuado, que puede ir modificándose según las necesidades que se presenten en cada momento.
Recomendaciones generales
Aunque lo primero y lo más importante es acudir al dermatólogo para determinar un tratamiento adecuado, existen algunas recomendaciones para prevenir la aparición de los brotes de dermatitis seborreica:
- Evitar las situaciones de estrés. Este es el principal factor de riesgo en la aparición de los brotes.
- Mantener una rutina de sueño adecuada. La alteración de los ritmos circadianos puede desencadenar un brote de dermatitis seborreica.
- Prestar atención a otros fármacos. Si estás tomando alguna otra medicación, consulta con tu médico si puede afectar a tu piel. Algunos medicamentos pueden agravar la dermatitis seborreica.
- Evitar el uso de productos con alcohol. Asegúrate de que ni los champús ni las cremas que empleas contengan este ingrediente.
- No rascarse. El rascado puede contribuir a extender la dermatitis y a generar una infección.